Anoche, antes de que Telecinco emitiera el último programa de audiciones a ciegas de
«La Voz», a la audiencia que se paseaba por Twitter solo le preocupaban dos cosas: que los coaches llevan cinco programas sin cambiarse de ropa y que el resumen de la semana anterior, cada miércoles, dura más que el propio programa. Pero dos sorpresas nos esperabanen este último programa de la primera fase.
Por un lado, la de
Eduardo Ruimán, que subió al escenario guiado por uno de los técnicos y que, aunque contaba con la «ventaja» de no ver a los coaches, dejó sentir en su voz la presión del escenario en los primeros momentos del tema. Y sí, este
invidente y vendedor de cupones consiguió camelar a Melendi con su potente voz a lo Pancho Céspedes y protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche. «Hola, soy Melendi y te vienes conmigo», le dijo el coach al oído tras acercarse al escenario.
La segunda sorpresa de este miércoles vino de la mano de
Rafa Blas, el heavy de «La voz», quien
puso el programa patas arriba con
«Highway to Hell», tema con el que consiguió que los cuatro coaches se giraran. Fue, sin duda,
el subidón de la noche, aunque dio la sensación de que se fue con el menos idóneo, David Bisbal, tanto por estilo, como por el interés inicial que mostró por él.
Menos opciones para los últimos
Todo hay que decirlo, los últimos lo han tenido mucho más difícil que los concursantes de las anteriores galas. Hay menos plazas en los equipos de cada coach y todos se lo piensan dos veces antes de pulsar el dichoso botoncito, no vaya a ser que se pierdan algo realmente bueno que haya quedado para el final.
María se complicó demasiado con el tema «Price tag», pero aún así se quedó con Malú, que le hizo sufrir de lo lindo dándose la vuelta en el último segundo. Impagable
la imagen de la abuela saltando de alegría en el backstage de la mano de Jesús Vázquez.
Yanela Brooks, la
guantanamera, más conocida como «vaya tela marinera» por Bisbal, demostró auténticas tablas sobre el escenario, en especial al piano, y pudo decidir entre el David y Melendi. Y se quedó con el almeriense.
A
Maravillas, la autodidacta, quizá le faltaban cuatro o cinco lecciones de canto antes de salir al escenario de «La Voz», pues lo cierto es que no le salieron las cosas como su nombre le pedía, aunque Melendi mintiera: «Lo has hecho realmente bien». Y buena la formó en
Twitter eligiendo el tema de Chenoa («Está cantando una de Chenoa?... Bueno. Tiene 3 oportunidades, aún», decía con humor un tuitero).
Mónica cantó con carisma (y un par de narices) una canción de
Adelle que llevó a su propio terreno y por eso pudo elegir entre Rosario y Malú y se quedó con la Flores, que anoche estaba más activa que en las galas anteriores (se tenía que poner las pilas, le habían dado muchas calabazas ya).
Alejandro, uno de los veteranos de la gala de anoche, cantó un tema de
Sinatra con más ganas que control en la voz y, aunque consiguió emocionar a Bisbal, que le hablaba como si fuera su padre, él se fue al final con Malú, que es más mona. Y otra veterana,
Yolanda Vierge, la cantante desengañada, sacó su vena más coplera y arrancó los «olé, olé» del público, con halagos de Melendi, Malú y Bisbal. Muy buena actuación la suya.
David Santiago, guitarra en mano, había elegido un tema muy Rosario y a ella no le quedó más remedio que elegirle;
Nuria, una voz con experiencia y empaque sobre el escenario, se fue también con Rosarillo, que con ella cerraba su equipo. La chilena
Isabel quiso comprobar que realmente «La Voz» no entiende de físicos y logró convencer a Malú, que se quedó con ella para completar su equipo. Y
Javi Mota rascó con una actuación discreta y con mucha fotogenia, el último hueco que le quedaba a Melendi en su grupo.
Las frases de la noche:
«Tienes un rango espectacular», Malú, estadista.
«Todos los coches son geniales», Bisbal, ingeniero automovilístico.
«Has sido muy valiente con esta canción de Chenoa», Bisbal, ex de Chenoa.
Por www.abc.es