En fotos como las selecionadas podemos ver reflejados momentos de nuestra infancia con nuestros padres o al revés.
Juegos, abrazos, mimos, besos, largas siestas y un sin fin de instantes preciosos de puro amor y protección.
Hay ciertos tipos de animales como los gatos, perros, elefantes, delfines, etc, que tienen pocas crias y el tiempo de crianza es mayor, por lo que la dedicación de los padres es más intensa y sacrificada que el resto, lo que les hace asemejarse más a nuestra manera de educar que otro tipo de animales.
Este tipo de crianza tiene también una respuesta evolutiva puesto que la crias que son más atendidas y protegidas por sus padres tendrán más posibilidades de sobrevivir que el resto.
Si por el contrario los padres tienen un número elevado de crias se tiende a primar la cantidad en vez de la calidad en cuanto a supervivencia se refiere, teniendo las crias individualmente, menos posibilidades de seguir adelante.
Existen complejos sistemas sociales entre algunos seres vivos, como los elefantes, que se asemejan mucho a nuestra manera de comunicarnos y de creación de jerarquias llegándo a construir relaciones tan complejas que permanecerán de por vida en cada uno de ellos.
Estos lazos tan afectuosos son fundamentales para la buena salud y supervivencia tanto individual como general del grupo.
Los osos pardos suelen tener como máximo dos crias aunque suele llegar a la edad adulta sólo una de ellas.
En el reino de los felinos suecede algo parecido: pocas crias y mucha dedicación para asegurar su supervivencia.
Los pingüinos forman verdaderas colonias en las que todos cuidan de todos dejando a los más pequeños en el centro del grupo para resguardarles tanto del frio como de posible depredadores potenciales.
Vía Bored Panda



















