La técnica de deshidratar los alimentos consiste en extraer todo el agua posible contenida en ellos, para evitar que se creen microorganismos o bacterias que causan su deterioro y putrefacción. Por eso, es una de las mejores formas de conservar los alimentos, sobre todo, cuando están a punto de echarse a perder y procedemos a desecharlos.
Además, este sencillo truco os vendrá genial para tener siempre a mano un aperitivo sano y nutritivo que llevaros a la boca. Podéis hacerlo con vuestros hijos, ya que les parecerá una forma divertida de interactuar en la cocina, y aprenderán a incluir la fruta habitualmente en su dieta.
Como sabéis, no es muy difícil encontrar la fruta deshidratada en los supermercados, pero suele resultar bastante cara, por lo que también hacerla en casa puede ser un desahogo para nuestros bolsillos.
Para poder deshidratar la fruta o las verduras, necesitaréis un deshidratador eléctrico o, en su defecto y mucho más habitual, un horno convencional.
Corta las frutas o verduras en finas rodajas y extiéndelas a lo largo de la bandeja de horno. Uno de los requisitos es que la temperatura nunca debe superar los 60°C y debes dejar la puerta del horno abierta entre 5 y 10 centímetros, para que la humedad pueda salir. Si tu horno tiene ventilador, puedes ponerlo para facilitar la evacuación de la humedad.
También puedes utilizar el método más tradicional y económico de todos, que consiste en poner la fruta cortada en rodajas directamente bajo los rayos del sol. El aire y el calor se encargarán de eliminar toda la humedad contenida en los alimentos.
En el siguiente video podrás ver todo el proceso y además, aprenderás a darle un fantástico toque aromático y picante, que tu paladar agradecerá indudablemente.
Fuente: Ecoinventos