Por alguna extraña razón que se nos hace difícil entender, el instinto animal en algunos casos hace que la madre atente contra la vida de sus cachorros porque los considera demasiado vulnerables para cuidarlos.
Esta es la historia de Nicolás, el pitbull más pequeño de una camada de 8 perros. Su madre se había comido a tres de sus hermanos pero él tuvo un destino distinto.
Pudieron alejarlo de ella y todo cambió. Con una semana de nacido encontró una nueva familia.
Al llegar a casa los tres gatos que allí convivían inmediatamente lo recibieron y ayudaron en la gran responsabilidad de cumplir increíblemente el rol maternal. ¡Era asombroso!
Era una tarea difícil, Nicolás necesitaba cuidados especiales porque tenía una lesión en una patita al perder parte de ella debido a la conducta atípica de su madre.
El amor de su madre adoptiva es inmenso. Está feliz y completamente enamorada de su cachorrito y ha querido compartir esta etapa de su vida con Nicolás, por supuesto sin dejar de lado sus adorables gatitos.
Su rescatista explica y agradece la energía positiva que ha recibido, aclarando que no está arrepentida de nada, a pesar del complicado cuidado que ameritaba Nicolás. Dormía muy pocas horas, le daba su alimento y curaba la herida de su patita.
Volvería a hacer todo de nuevo porque este chiquito adorable tiene un gran futuro con sus tres patitas y ocupa un pedazo de su corazón.
Está creciendo en un hogar lleno de amor y es muy feliz.
Tu felicidad de conocer a Nicolás, creo que seguirá robando trocitos de corazones al compartirlo con tus amigos