El hombre habría “pasado mantequilla de maní en los genitales de sus víctimas mientras que el perro lamía a su familia, él filmó el acto”.
Por siete votos contra uno, los jueces decidieron que a los seres humanos se les permita tener contacto sexual con animales si no hay “penetración”. En su decisión, el tribunal dictaminó que la ley actual, no define claramente lo que se considera bestialidad en el país.
Los abogados del hombre de iniciales DLW, cuestionaron la falta de claridad de la ley para que cancelarán los cargos en contra de su cliente.
Según lo informado por The Independent, la Suprema Corte entiende que “en esencia, la penetración es un acto que determina el delito”.
“DLW” había sido condenado a 16 años de prisión. La solicitud de anulación de dicha queja fue un intento de reducir la pena.
La jueza Rosalie Abella, fue la única de votar en contra, dijo que “los actos sexuales con animales son inherentemente de un desvío, incluso si no hay penetración”.
La decisión enfureció a los activistas por los derechos de los animales. Camille Labchuk, que dirige la ONG Animal Justice se quejó: “A partir de hoy, la ley canadiense da a los abusadores permiso para utilizar animales para su propia satisfacción sexual”.
Para ella, “esto es totalmente inaceptable, contrario a las expectativas de la sociedad, y no se puede permitir que continúe”. Dijo que esto sólo motiva a su lucha por la reforma de la legislación para proteger a los animales. Ella no hizo ningún comentario sobre el hecho de que los niños fueran las víctimas del caso.
Situación en otros países
Los activistas por los derechos de los animales exigieron que el estado sea más explícito, que el sexo entre humanos y animales esté prohibido por la ley estatal. De hecho, Ohio es uno de los 11 estados de Estados Unidos que no tienen ninguna ley anti bestialidad. Esto ha dado lugar a que los procedimientos concluyan sin condenación.
El Daily Mail reveló una tendencia en Europa, los llamados “burdeles de animales”, donde muchas personas desean ejercer su derecho a tener relaciones sexuales con animales como más de una “opción de vida”.
En Alemania, por ejemplo, la bestialidad fue legalizada en 1969 para los casos en que el animal no sea maltratado “de manera significativa”. Dinamarca y Noruega tienen una legislación similar, permitiendo el acto si “los animales no sufren”.
En Brasil, la ley establece penas de prisión de uno a tres años y multas a los que cometan el acto de zoofilia o bestialismo.