Este perro nació sin ojos, pero creció para ayudar a enfermos mentales y discapacitados


Una mujer llamada Joanne George salvó a Smiley, el perrito Golden Retriever que nació con enanismo y sin ojos, de una vida de abandono y muerte segura en una granja de cachorros cuando apenas tenía 2 años.



Joanne quedó cautivada por la personalidad de Smiley: “La gente se sentía tan atraída por él, tan inspirada por él. Me di cuenta de que debía ser un perro de terapia, que yo debía compartirlo”.


Tomó tiempo para que Smiley se recuperara de esa vida de abandono que había tenido hasta entonces, pero una vez que se había recuperado, lo entrenaron para convertirse en un perro de terapia certificado.



Desde entonces, pasa sus días visitando pacientes en casas de retiro y acompañando a niños con necesidades especiales en las sesiones de lectura que se imparten en la biblioteca en Canadá.


Smiley enseña con su personalidad tan alegre a las personas que su discapacidad no las define ni tampoco aquello que les haya podido suceder en su infancia.


“Los perros pueden recuperarse de cualquier cosa, se olvidan de su pasado. Nosotros, como seres humanos, nos detenemos en el pasado”.



Smiley también ayudó a un hombre en un hogar de ancianos que nunca había hablado o se había comunicado de ninguna manera.


“Un día, Smiley subió las patas delanteras en el regazo de Teddy, y comenzó a sonreír y hacer ruido. Todas las enfermeras entraron corriendo en la habitación y dijeron que nunca lo habían visto sonreír, y que nunca había visto ninguna reacción de su parte”.


Ahora, Smiley siempre saluda primero a Teddy cada vez que visita la casa hogar, y fue así como Joanne se dio cuenta de lo “verdaderamente inspirador que puede ser”.

Photos: Facebook

Pero la carrera de Smiley no se limita a la terapia. Joanne comenta cuál fue el papel que el Golden Retriever jugó el día más importante de su vida “me acompañó a mi primera cita, y después fue el portador del anillo en mi boda”.