Investigadores del MIT, Virgina Tech y la Universidad de Princeton han analizado cómo beben los gatos domésticos y felinos salvajes (tigres, leones...) usando la lengua. Y han llegado a la conclusión de que su estrategia desafía las leyes de la gravedad. Desde que el ingeniero Doc Edgerton, del MIT, fotografió en 1940 a un gato bebiendo leche sabemos que, cuando usan la lengua para beber, los gatos la extienden hacia el recipiente con la punta curvada, en forma de “J” mayúscula, como si fuera una cuchara. Nuevos vídeos filmados a alta velocidad revelan que sólo la punta de la lengua de los felinos toca el líquido. Con un sutil movimiento, el animal consigue elevarlo formando una pequeña columna, que es atrapada de un mordisco en el momento justo. Cuando el gato cierra la boca, se rompe la columna de líquido, pero su barbilla y sus bigotes se mantienen totalmente secos,según explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Science. La columna líquida se crea por un delicado equilibrio entre la gravedad, que lo empuja de vuelta al recipiente, y la inercia, que en física hace referencia a la tendencia a continuar moviéndose en una dirección a no ser que otra fuerza interfiera. El gato sabe instintivamente cuando y cómo debe mover la lengua para alcanzar el equilibrio entre estas dos fuerzas y beber, según los científicos. Esto implica un auténtico dominio de la dinámica de fluidos por parte de los felinos, concluyen Roman Stocker y sus colegas. Los gatos domésticos mueven la lengua cuatro veces por segundo y sorben 0,1 mililitros de líquido en cada "lametazo". Los grandes felinos, como los tigres, deben sorber más despacio. "De este estudio se deduce que los gatos son más inteligentes de lo que algunas personas suponen, al menos en lo que respecta a la hidrodinámica", asegura el matemático Jeff Aristoff, de la Universidad de Princeton, que también ha participado en el estudio. |
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