Sin duda, la mejor hora del día es cuando por fin puedes irte a la cama, cerrar los ojos y dormir. Amo esa parte del día y odio tener que levantarme al día siguiente y abandonar la comodidad de mi cama. De hecho, a veces hasta suelo mirar cada lugar como un posible espacio para dormir cómodamente, pero luego despierto y me doy cuenta de que no es posible, y es ahí cuando vuelvo a desear estar en mi cama. ¿Te pasa lo mismo? Si es así, entonces amas dormir tanto como yo.
1. No entiendes a esas personas que andan felices si madrugaron
2. A veces rechazas fiestas porque prefieres quedarte durmiendo
3. Tu buen dormir se basa en cuán cómoda es tu almohada
4. Si estás con tu pareja, le invitas a tomar una siesta contigo
5. Odias el sonido torturante de la alarma que te despierta
6. Adoras llegar a casa y ponerte instantáneamente tu pijama
7. Cuando tienes tiempo libre no dudas en dormir una siesta
8. Constantemente expresas que tienes sueño
9. Para ti sería perfecto que el día comenzara al mediodía
10. Te vuelves demasiado insoportable cuando no duermes las horas necesarias
11. Prefieres esperar cualquier cosa durmiendo
12. Tu mejor panorama es quedarte en casa en pijama
13. Adoras la comodidad de tu cama
14. Nadie comprende cómo puedes dormir tanto siempre
15. Casi siempre estás estirándote y bostezando
16. Crees que si alguien te ama completamente te dejará dormir lo que quieras
17. De hecho, suelen decirte que eres demasiado dormilón
18. A veces ni siquiera el café logra quitarte el sueño
19. Tienes la facilidad innata de quedarte dormido donde sea
20. Cuando duermes ni siquiera un carnaval puede despertarte