Al llegar Nicolly a los EE UU y los doctores analizar su situación, se dieron cuenta que era peor de lo que esperan, ya que la niña a pesar de no poder ver, tampoco podía escuchar ni caminar, pero después de varias horas de intervención quirúrgica, la doctora operó las orejas y los ojos de la niña y el resultado fue un milagro.
Es increíble la reacción que tuvo la niña cuando por primera vez observo a su madre, la cual no podía contener las lágrimas de la emoción.
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