Este tipo de árbol puede causar la muerte a cualquiera que se acerque a él


De entre todas las plantas y árboles del mundo existe uno más venenoso que el resto, al que si tienes la 'suerte' de encontrarte es mejor que no te acerques.

Su aroma es atrayente, su sabor dulce y su aspecto jugoso, pero un bocado de su fruta te provocará una dolorosa agonía que, con toda probabilidad, acabará con tu muerte. 

El árbol del manzanillo, o Hippomane mancinella, tiene el dudoso honor de ser considerado por el Libro Guinness de los Récords como ‘el árbol más peligroso del mundo’. 

Todo en él es venenoso, ya que contiene altísimas cantidades de forbol, un agente irritante de gran potencia, que hace que acercarse a él sea extremadamente peligroso.



Reposar bajo sus frondosas ramas irrita la piel y los ojos, pues su polen es cáustico.Menos aún se debe tocar su corteza, ya que causa quemaduras graves de primer y segundo grado. 

Refugiarse bajo sus hojas cuando llueve también resultar fatal, ya que el agua filtrada diluye su veneno convirtiéndose en una especie de lluvia ácida extremadamente corrosiva. Tampoco debe usarse su madera como leña, pues su humo causaría problemas respiratorios y ceguera temporal. 


Por si esto fuera poco, sus pequeñas “manzanitas” parecen deliciosas y saben dulces, pero una sola pieza contiene veneno para matar a 20 hombres. A los diez minutos, en cuanto la toxina alcanza el estómago, su sabor dulce da paso a una inflamación virulenta de las mucosas, el cierre de la tráquea, vómitos, diarrea y hemorragia masiva.

Nada en él -ni su nombre, apariencia, color, sabor o aroma- advierte de su peligrosidad, y por ello las autoridades se han visto obligadas a colocar señales de advertencia. 



En ese sentido, los indígenas fueron más listos que sus descubridores modernos, ya que lo bautizaron como ‘el árbol de la muerte’. Ellos sí conocían el poder de su veneno, y por ello impregnaban sus fechas con su savia para cazar o defenderse. Los colonos, en cambio, tuvieron que descubrir los efectos de esta fruta de forma poco agradable.

“Un día, cuando estaba extremadamente atormentado por los mosquitos y jejenes, y aún ignorante sobre la naturaleza de este árbol, corté una rama para que me sirviera de abanico, pero se me hinchó y se me llenó de ampollas toda la cara, como si me hubiera quemado, a tal grado que estuve ciego durante tres días“. John Esquemeling (1678), escritor y aventurero.

El árbol es oriundo de Mesoamérica y las islas del Mar Caribe, donde crece desde las costas desde Florida, EE.UU., hasta Colombia. Sin embargo, hoy se encuentra en peligro de extinción.



Debido al miedo que genera su contacto o consumo accidental, los lugareños han preferido arrancar estos árboles para protegerse, haciendo que el número de ejemplares disminuya de forma alarmante. Parece ser que, aunque el veneno que le ha permitido protegerse y sobrevivir durante tantos siglos, se ha convertido también en el motivo de su condena.

Fuente: bbc.com, wikipedia