Una chica compró 4 contenedores metálicos y los convirtió en esta maravillosa casa


Pero, ¿por qué construir cuando hay miles y miles de casa en venta?

Bueno, esas casas, generalmente, son bastante comunes: en realidad todas son iguales.

Pero, resulta que siempre hemos soñado con una casa hermosa y original, una que nadie más haya hecho, una que te hará sentir que eres original y que vives en un mundo propio.


Claudie Dubreuil vive en la ciudad de Mirabel, en Quebec, Canadá. Ella encontró una solución a ese dilema. Compró contenedores y los convirtió en una casa asombrosa, un espacio único en su tipo. Ella se dedica a la construcción de casas y condominios de madera, lo que le proporciona un ingreso estable. Sin embargo, al momento de iniciar su propio proyecto decidió dar rienda suelta a su impulso creativo y utilizar materiales reciclados como los contenedores de metal.


Adquirió en un puerto cercano varios contenedores, de 2.600 a 3.000 dólares canadienses cada uno. Sólo faltaba hacerle las ventanas y las puertas.


Dubreuil decidió cubrir el exterior de la casa con madera de abeto canadiense. El metal de los contenedores estaría oculto tras una hermosa capa de madera.


Cada contenedor tiene una medida de 2.4 m. por 12.1 m. Unió dos de ellos para crear el primer piso, en forma de cruz. Colocó vigas en el suelo del primer y segundo piso para dar más apoyo a la estructura y las puertas de los contenedores se convirtieron en grandes ventanales.


Ahora, Dubreuil debía ocuparse del interior. Ella quería que el material original de los contenedores quedara expuesto, así se revelaría el misterio de la vivienda a todo aquel que entrara en ella.



Colocó el aislamiento en la parte exterior para que la casa no perdiera calor durante el invierno. El lugar ingenioso fue bajo la madera del revestimiento exterior, una idea bastante eficiente ya que permitió que el espacio interior fuera amplio.


Finalmente y para dar el toque final, pintó el metal interior, rojo y oxidado, de blanco.



Un conjunto de contenedores viejos y oxidados se convirtieron en una vivienda confortable y muy acogedora, con un toque de estilo industrial que la hace muy atractiva.



Dubreuil decidió comprar muebles que se sumaran al mismo look, mesas de metal y cajas de municiones.


La cocina quedó genial…



La habitación con una bañera quedó de ensueño…



La casa completa tuvo un costo de entre 330.000 a 377.000 dólares canadienses, que no es barato en realidad…


Photos: facebook

Pero, usando materiales de construcción convencionales el precio se hubiera multiplicado, y el resultado final bien los vale.