Cuando Du y Zhou se casaron, prometieron estar juntos en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad… y así fue. Tan sólo cinco meses después de su boda, Zhou cayó enferma. Ella apenas tenía 20 años de edad pero la misteriosa enfermedad le quitó completamente la movilidad.
En ese entonces, Du era minero de carbón en la ciudad de Tai’an, en la provincia oriental china de Shandong. La familia de su esposa le avisó de lo ocurrido mediante una carta que decía “tu esposa está enferma y atada a la cama”.
Sin pensarlo dos veces, el hombre tomó un permiso para ausentarse del trabajo por un tiempo y se dedicó a cuidar de su esposa y llevarla a todos los médicos posibles con tal de ayudarla.
Pero los diagnósticos no fueron alentadores: Zhou estaría paralizada por el resto de su vida. Fue entonces cuando varios amigos de Du le aconsejaron separarse de su mujer y rehacer su vida, pero él se negó; besó amorosamente a su esposa y le susurró: “no te preocupes, yo cuidaré de ti por siempre”.
Ahora Du tiene 84 años y Zhou 76, y un amor tan grande como desde el primer momento en que aceptaron unir sus vidas. Él se convirtió en agricultor para estar cerca de su mujer y juntos viven en una humilde casa de piedra.
Todos los días el hombre alimenta, limpia y cuida de su amada, incluso sigue investigando recetas medicinales con la esperanza de que mejore. Su dedicación ha sido tanta que la misma gente del lugar regularmente acuden a su hogar con alimentos, medicinas y cualquier cosa que la pareja pudiera necesitar.