Wubbo Ockels es uno de esos hombres con los bolsillos cargados de dinero que, además de viajar hasta la Estación Espacial Internacional, puede permitirse el lujo de materializar sus sueños más extraños y uno de ellos es Superbus.
Una especie de autobús de lujo eléctrico que lleva desarrollándose desde 2004.
15 metros de largo, ocho puertas tipo ala de gaviota por la que pueden acceder hasta 23 pasajeros y ser trasladados por carretera a una velocidad máxima de 250 km/h, gracias a su motor de 300 kW capaz de alcanzar una potencia máxima de 600 kW (818 CV). Eso, a grandes rasgos, es lo que ofrece el proyecto Superbus.
Más que un autobús parece una limusina gigante, una en la que el lujo y los detalles se dan la mano para adornar un prototipo bastante inusual. El problema es que Ockels ve su proyecto como algo completamente viable en un futuro próximo. De hecho espera que acabe revolucionando el transporte público.
¿Pasará? bueno, no soy el adecuado para destrozar las ilusiones de la gente, pero veo difícil que a alguien se le ocurra renovar completamente las infraestructuras para que el Superbus acabe sustituyendo al tren tradicional.
Eso no quita que el equipo encargado de su desarrollo continúe trabajando en el prototipo, y ahí llegamos al vídeo que os quería mostrar, en el que esta bestia de 15 metros rueda sobre la nieve holandesa para comprobar que los problemas experimentados con el sistema de frenado del vehículo han pasado a mejor vida.
De hecho afirman que ya han conseguido que el Superbus sólo necesite 200 metros para pararse tras alcanzar los 250 km/h, recuperando de paso parte de la energía gracias a sus frenos regenerativos.
¿Quién sabe? A lo mejor dentro de unos años vemos a los magnates de la cumbre del G8 llegando a las reuniones de Ginebra en uno de estos Superbus.
Fuente: motorpasionfuturo.com