Karla Jacinto tiene solo 12 años cuando piensa que ha encontrado al amor de su vida. El hombre mayor le promete ponerle el mundo a sus pies y le dice que es su princesa: la única a la que quiere y querrá. Karla cree que puede escapar de su pobre hogar y pequeño pueblo, así que se fuga con el hombre. Es el peor error de su vida.
Este hombre, que a los ojos de la niña es un hombre encantador, resulta ser un proxeneta. Se dedica a la trata de muchas niñas como Karla, a la que dice que de ahora en adelante tendrá que salir a la calle a prostituirse. El hombre la golpea brutalmente, le escupe en la cara y la hiere de gravedad con una plancha. Un día se lleva a la niña a su ciudad de origen, Tenancingo, Mexico. La ciudad está llena de proxenetas y allí vende a Karla. La niña está en profundo estado de shock.
De 10 de la mañana a mediodía, Karla tiene que lidiar con clientes; cada día, durante 4 años. Tiene que tener 30 clientes al día o más. Los hombres la engañan para que no se vaya, diciéndole que no hay nadie a quien pueda acudir. Karla se da cuenta más tarde de que sus clientes se los envían a propósito: son policías, pastores de la Iglesia, políticos. No hay nadie a quien pueda acudir aunque quisiera.
Cuando cumplió 16 años, finalmente Karla vio el final de su martirio. Fue liberada por una organización de voluntarios. Karla hizo entonces un terrible cálculo: antes de ser liberada, a la edad de 16, la habían obligado a practicar sexo más de 43.200 veces. Una cifra terrible e impensable. Pero la niña, que se ha convertido en una jovencita, no se da por vencida.
Karla se ha unido a sus liberadores. Cada día lucha contra el sistema increíblemente poderoso que convierte a jóvenes y mujeres en esclavas. Este trabajo hace que corra riesgos a diario. "Cuando me despierto por las mañanas, no sé si estaré viva esa noche"- dice la chica que tiene hoy 23 años. "La muerte se esconde tras cada esquina por lo que hago".
Karla y sus compañeros liberan cada día a más jóvenes de la violencia de los proxenetas, cuyos negocios están al alza. La policía de Tenancingo, de donde proceden casi todos los proxenetas mexicanos, mira para otro lado. Ellos mismos están hasta el cuello metidos en estos sórdidos negocios, al igual que los políticos locales. Esto hace que el trabajo de Karla sea muy peligroso.
La historia de Karla me dejó una sensación terrible en el corazón y me provocó mucho asco. Sin embargo, su caso no es el único. Más de 2 millones de niños en el mundo están en situaciones como la que Karla vivió durante 4 años. Esto debe terminar. Comparte la historia de Karla si esto también te parece inaceptable y quieres que la gente conozca la situación.